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Boletín Aprendiendo a Ser PaPaz
CÓMO AYUDAR A NUESTROS HIJOS A APRENDER A ALIMENTARSE DE MANERA SANA

Fuente: Red PaPaz y Corporación Buscando Ánimo

Una responsabilidad que tenemos los adultos encargados del cuidado de niñas, niños y adolescentes es enseñarles a alimentarse de manera sana y a tomar decisiones que promuevan su salud y bienestar. Esta tarea puede llegar a ser ardua, más cuando nuestros hijos están expuestos de manera constante a la publicidad de alimentos no saludables. Por ejemplo, no es fácil explicarles por qué no compramos alimentos empacados que traen un premio adentro o que promocionan su superhéroe favorito.

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3 IDEAS CLAVE PARA ANTICIPARNOS AL RIESGO DE SUICIDIO INFANTIL Y JUVENIL
Fuente: Red PaPaz y Corporación Buscando Ánimo


Una de las preguntas más frecuentes que se hacen los adultos es si el hablar de suicidio con niñas, niños y adolescentes es un factor que incrementa el riesgo de que atenten contra su vida.

La evidencia científica muestra que, aunque es valioso hablar del tema para prevenirlo, hay información que puede tener efectos muy negativos en personas vulnerables.

Específicamente, se sabe que cierto tipo de noticias y reportes pueden aumentar la probabilidad de suicidio. Cuando se da información o se publican artículos que describen explícitamente el método del suicidio, tienen detalles sobre retos o desafíos asociados a este, utilizan imágenes dramáticas y gráficas, tienen titulares alarmantes, son repetitivos o atribuyen el suicidio a un evento de moda, los estudios muestran que se aumenta la probabilidad de que los menores de 18 años que se encuentren en riesgo o sean vulnerables- puedan cometer actos que atenten contra su vida.
Lo que los expertos recomiendan es hablar de suicidio como una forma de prevención. Sin embargo, hacen un especial énfasis en que las conversaciones deben ser esperanzadoras, cuidadosas y deben dar apoyo a las personas vulnerables. También deben buscar cambiar percepciones incorrectas sobre el tema y desmitificar ideas que parezcan atractivas sobre el suicidio.

A continuación, les compartimos algunas herramientas para abordar este tema de manera preventiva y esperanzadora:

1. La mejor manera de prevenirlo es ayudarles a desarrollar competencias socio-emocionales.
Esto es enseñarles a reconocer, manejar y expresar sus emociones y las de los demás.

También incentivarlos a que adquieran las habilidades cognitivas, comunicativas y de conocimiento, necesarias para la construcción de una identidad sólida y de relaciones positivas con otras personas. Esto lo logramos cuando les enseñamos a:
a. Reconocer y asumir sus errores y a solucionar los problemas que estos traen
b. Hacerse cargo de sus decisiones y a asumir la responsabilidad de las mismas
c. Planificar su vida y anticipar el posible fracaso en algunos aspectos de ella
d. Esperar y ser pacientes
e. Tolerar el aburrimiento y los momentos difíciles
f. Disfrutar de lo simple
g. Arriesgarse, perder e iniciar de nuevo
h. Tolerar la frustración
i. Tolerar el rechazo y manejar el desanimo
j. Ser optimistas

2. Es importante estar atentos a las señales de alerta que pueden indicar que un menor de 18 años está en riesgo de suicidio. Algunas de éstas pueden ser:

a. Que realice amenazas directas, bien sea verbales o escritas
b. Que haga amenazas indirectas, tales como decir: “Soy un estorbo”; “No sirvo para nada; soy un inútil”; “Sin mí, las cosas estarán mejor”; “Ya les voy a solucionar todos sus problemas”
c. Que la persona tenga una historia de intentos previos
d. Que se observen alteraciones en los patrones de sueño y/o alimentación por más de una semana
e. Que se haga una entrega de pertenencias preciadas a otros (“herencias”)
f. Retraimiento social
g. Abuso de sustancias psicoactivas
h. Que la persona muestre una incapacidad para experimentar placer
i. Que haya una mala percepción del futuro, del mundo y de sí mismo
j. Que se busque información referente al suicidio
k. La presencia de un evento desencadenante
l. Cambios en su rendimiento académico habitual

Recuerde: tener alguno de estos comportamientos no necesariamente indica que la persona va a optar por el suicidio, sino que tiene un mayor riesgo comparado con otros menores de 18 años.
Verifique si uno de estos comportamientos aparece de manera aislada o si está acompañado de otros.

3. Es importante prepararnos para manejar un riesgo real.

a. Ante una posible amenaza de suicidio siempre es muy importante asumir que hay un riesgo y buscar la ayuda de personas expertas que lo evalúen y determinen el nivel real
b. Hay que recordar que, en estos casos, guardar el “secreto” no es conveniente. Hay que buscar ayuda
c. Si hay una crisis en curso, es clave nunca dejar sola a la persona y tener a mano los teléfonos de atención en crisis o despacho de ambulancias
d. No necesariamente “hay que saber qué decirle” a la persona en crisis. A veces, es más útil simplemente acompañar y escuchar. La gran mayoría de las personas en riesgo de suicidio, quieren ser ayudadas a pesar de su ambivalencia.
e. Hay que buscar ayuda de expertos como psicólogos o psiquiatras y seguir las recomendaciones que propongan
f. Si requiere apoyo frente a una situación de suicidio específica con un menor de 18 años puede comunicarse a nivel nacional a la línea 141 o la línea 106 en Bogotá, Boyacá, Risaralda,
Caldas y Cali.
También puede comunicarse al Teléfono de la Esperanza en Bogotá al (571) 3 23 24 25, en Medellín al (574) 4 44 44 48 y en Barranquilla al (575) 3 72 27 27 o a la Línea Amiga de Ibagué (57) 318 7665226.


8 RECOMENDACIONES PARA PREVENIR QUE NUESTROS HIJOS CONSUMAN SUSTANCIAS PSICOACTIVAS

Las niñas, niños y adolescentes no solo tienen derecho a ser protegidos del consumo de alcohol, tabaco u otras sustancias psicoactivas, sino también a que no se les incite a usarlas y a que no se las ofrezcan, faciliten o vendan. Por eso, desde casa, los padres, madres y cuidadores podemos ayudar -desde temprana edad- a la prevención del consumo de este tipo de sustancias. A continuación, les presentamos algunas recomendaciones que podemos aplicar en el día a día:

1. Involucrémonos en la vida de nuestros hijos: conozcamos sus gustos y preferencias, tratemos de compartir tiempo con ellos, conozcamos las cosas que les gustan y las personas con las que se relacionan, y tratemos de interactuar con ellos cuando estamos en casa.

2. Realicemos regularmente actividades en familia para aprovechar el tiempo libre y fortalecer el vínculo con nuestros hijos.

3. Hablemos con ellos sobre el consumo temprano de alcohol, tabaco u otras sustancias psicoactivas.

4. ¿Cómo podemos hacerlo?
Cuando tienen entre 10 y 12 años:
a. Podemos tener conversaciones cortas, cercanas y en entornos agradables
b. Expresemos de forma clara y precisa lo que esperamos de nuestros hijos respecto al consumo de estas sustancias
c. Usemos argumentos o razones (pueden ser de carácter biológico, psicológico o legal) para explicar el por qué esto resulta inconveniente
d. Respondamos las preguntas que surjan y cuando no sepamos algo, busquemos juntos la información

Cuando tienen más de 12 años:
a. Expliquémosles con claridad las reglas familiares sobre el consumo de estas sustancias, especialmente a la hora de dar permisos para ir a reuniones o fiestas.

b. Establezcamos y expliquemos lo que puede ocurrir en caso de incumplir alguna de las reglas familiares (consecuencias lógicas).
c. Felicitemos y elogiemos a nuestros hijos por cuidar su cuerpo y su salud; resaltemos que esto hace parte de quererse a sí mismos. Cuando apreciamos sus comportamientos estamos incentivando que sigan teniéndolos.

5. Eduquemos desde el ejemplo. La mejor forma de prevenir el consumo es actuar de manera consistente con lo que les decimos y pedimos. Esto implica que como adultos:

a. Evitemos ofrecer alcohol a nuestros hijos menores 18 años
b. No nos embriaguemos, si decidimos tomar
c. No mandamos a nuestros hijos a que nos compren alcohol o cigarrillos.
d. Hagamos de nuestro hogar un espacio 100% libre de humo. Es decir que nunca fumemos en casa, así se abran ventanas, puertas o no estén los hijos presentes.
e. Seamos cuidados con los chistes o comentarios que hacemos respecto al consumo de alcohol, cigarrillo u otras sustancias psicoactivas. Se debe evitar que, a través de estos, dejemos un mensaje positivo en nuestros hijos sobre las consecuencias del consumo.
6. Tomemos medidas para permisos, salidas y fiestas.  Encuentre algunos tips aquí.
7. Estemos atentos a signos de alarma y busquemos ayuda especializada cuando sea requerida.

Algunos signos que nos pueden alertar sobre el consumo de sustancias en nuestros hijos son:

a. Deterioro o cambio súbito en sus actividades diarias
b. Cambios en su comportamiento cotidiano
c. Cambios en su estado de ánimo
d. Exigencias extrañas y exageradas de dinero
e. Aparición de elementos utilizados para el consumo (ej. Papeletas, polvo, hojas, pepas)
f. Señales físicas (ej. Quemaduras, hemorragias nasales, rinitis, pinchazos)

Ninguno de estos signos por sí solo indica que nuestros hijos están consumiendo alguna sustancia psicoactiva, y mucho menos quiere decir que ya son adictos a estas. Si observamos en conjunto de estas señales debemos explorar lo que está sucediendo para así buscar ayuda especializada que nos oriente sobre cómo apoyar de manera apropiada a nuestros hijos según la situación.

8. Denunciemos en www.teprotejo.org el consumo, suministro o la venta de alcohol, tabaco u otras sustancias psicoactivas a menores de 18 años.

También se puede reportar contenido que consideremos inapropiado por incitarlos a consumir estas sustancias.
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